viernes, 28 de agosto de 2015

El retrato de Carlota.



EL RETRATO DE CARLOTA


Biografia de la autora:

Ana Alcolea

Ana Alcolea es una escritora y profesora de secundaria nacida el año 1962 en Zaragoza.
Está licenciada en Filología Hispánica y diplomada en Filología Inglesa.
Ella a vivido en Teruel, Cantabria y Alcalá de Henares
Le encanta viajar y de estos viajes obtiene siempre detalles, hechos... Para sus novelas, por eso siempre lleva encima una libretilla para apuntar cualquier cosa.
Un país que siempre tiene la tentación de visitar es Italia, ya que sus primeros recuerdos vienen de su primer viaje e esta.
Su pasión por la literatura empezó ya de jovencita, cuando le gustaba un chico le escribía un poema, el que nunca le daba. Pero un echo que le marco de verdad fue cuando ella tenia doce años, conoció a su primer escritor: Dominique Lapierre, ella compro el libro que este firmaba, se lo firmo y le dio la mano, quedo absorta por el y decidió que un día ella también seria así.
Escribo su primera novela: el medallón perdido a raíz de la muerte de su primo.


Resumen de cada capítulo:



CAPÍTULO 1
El viaje a Italia

Carlota es una chica de quince años. Vive en Madrid y estos carnavales coge por primera vez sola el avión para pasar el carnaval en Venecia junto a su tía Ángela. Como va sol esta muy nerviosa y asustada, pero en el aeropuerto su madre le había comprado un libro de misterio de los que le gustan, y pasa el vuelo absorta en el libro y mirando de vez en cuando por la ventanilla. Al llegar ve a su tía Ángela y le da un abrazo.

CAPÍTULO 2
El retrato de la bisabuela

Carlota llega a la casa de su tía el que es un palacete. Queda fascinada por lo grande que es y por las decoraciones, no hay centímetro de la pared que no este cubierto, por un cuadro ,una mascara o un espejo veneciano. De todos esos cuadros en concreto hay uno que le llama mucho la atención: era uno que estaba en el descansillo. En el se veía a una hermosa mujer rubia como su tía, de pie apoyada en un piano. Carlota nota como la chica del cuadro le mira con intensidad, y se fija concretamente en el collar que llevaba la bella dama.


CAPÍTULO 3
La mujer del retarto

Angela le enseña su casa a Carlota, cuando llegan al jardín hablan sobre las rosas y Carlota se fija en el medallon de su tía. De pronto Carlota le dice que si la mujer del retrato era su bisabuela, Angela se sorprende y afirma y se saca el tema de la muerte misteriosa de ella, Carlota le intenta sonsacar informacion, pero de pronto un veciono las interrumpe porque las tuberias del palacio no iban bien, y Carlota se queda con la intriga.


CAPÍTULO 4
El medallón de tía Ángela

Carlota se vuelve a fijar en el medallon de su tía Angela. Le pregunta de que esta echo y quien se lo ha dado, ella se sonroja y sonrie pero no le dice de quien es. Carlota solo logra descubrir que es un diente de leopardo. Se pasa el dia y Carlota sube hacia su cuarto, y al lado vuelve a ver el cuadro de su bisabuela, en ese momento se fija en algo que le llamo la atención.



CAPÍTULO 5
El collar de la bisabuela

Carlota esta obsesionada con el collar de su bisabuela. Es un collar muy extraño, con cuentas cuadradas en vez de redondas y con muchos detalles. Se preguntaba porque el collar había sido retratado con tanta exactitud, y estaba segura de que el cuadro le ocultaba un misterio.



CAPÍTULO 6
Mi primer encuentro con Ferrando

La muchacha estaba totalmente obsesionada con el cuadro, así que decide ir a dar una vuelta sola por Venecia. Pronto llega a una plaza donde en un lado había una estatua de un hombre encima de un caballo que le sonaba muchísimo. Se echo para atrás para observarla y choco con un joven que llevaba un violín y una carpeta; una partitura que llevaba en esa se le cayo al canal, se altero pero por suerte un gondolero se la cogió, y acto seguido se fue. Carlota no le pudo ver la cara solo puedo verlo por detrás, y pensó que debía ser un chico de diecisiete dieciocho años, con el pelo oscuro ondulado y que le llegaba hasta los hombros.



CAPÍTULO 7
El piano de tía Ángela

Carlota siempre había querido aprender a tocar el piano pero a ella solo le habían enseñado a tocar la guitarra, así que pensó que su tía Ángela le ensenaría a aprender a tocar el piano con el piano de su bisabuela pero Ángela le dice que no tiene ni idea de tocar el piano, que de pequeñas ella y su madre habían tomado clases obligadas por sus padres, pero que ella odiaba a su profesora y si consiguió aprender algo se le olvido rápidamente. Pero ella dice que le gusta conservar el piano y que aveces un chico viene a tocarlo. Ángela intenta hacer de celestina del amor y le dice a Carlota que Ferrando (el chico) es muy guapo y que vendrá mañana a tocarlo. A parte le cuenta que su bisabuela adoraba la musica, tocaba el piano  y que el palacio en sus tiempos había sido mucho mas grande, pero actualmente solo conservaba la parte donde vivía ella, ya que la madre de Carlota y sus primos vendieron sus respectivas partes. Se vuelve a sacar el tema de la bisabuela, Carlota querría ser como ella, y Ángela les dice que son exactamentes iguales en algo, el nombre, ella se llamaba Carlota.



CAPÍTULO 8
Ferrando viene a tocar el piano

Suena el timbre, es Ferrando, ha venido a tocar el piano. Carlota va a bajar las escaleras para llegar a la puerta junto a Ángela y Ferrando pero se queda mirando el cuadro de la bisabuela ya que a las rosas les faltaban petalos, mientras baja se tropieza y por suerte Ferrando logra cogerla a tiempo. Carlota reconoció en seguida al muchacho, ¡Era el chico con el que choco en la plaza! Carlota por fin le puede ver el rostro, y era bastante guapo. Carlota sin querer mete la pata, y le pregunta si toca el violín, pero rápidamente rectifica (ya que Ferrando no llevaba el violín y en teoría no se habían visto nunca) Ferrando explica el incidente del otro día (el no sabe que la chica que tropezó con el era Carlota) i acto seguido toca la composición que había compuesto para Ángela ( la partitura que había caído al canal). Empieza a tocar y a Carlota le resulta una melodía horrorosa y para distarese de la monstruosa melodía s entra en los petalos desaparecidos de la s rosas. Acaba la melodía y Carlota no sabe que decir, Ferrando y Ángela la entienden y le dicen que esta es una melodía fuera de lo común i que si no estas acostumbrado te puede parecer una tortura. Al final Ferrando dice que algún día traería el violín pero Ángela le menciona que si se encontraba con esa chica le haría perder las partituras otra vez, y Carlota inconscientemente dice que por suerte el gondolero la cogió (Ferrando no había mencionado en ningún momento al gondolero) y en ese momento Ferrando esta desconcertado, no recordaba haber dicho nada sobre le gondolero, pero Ángela salvando a Carlota le dice que si lo ha dicho, ya que si no ellas no lo hubieran sabido. Finalmente s se va sin saber quien era la misteriosa chica, pero Carlota sabe que tarde o temprano se enterara.



CAPÍTULO 9
Las rosas desaparecen, y algo más

Al día siguiente también vino Ferrando a tocar el piano. Ángela sube al torreón ya que tiene trabajo que hacer y pide que no suban ni que salgan del salón. Carlota hace chocolate para los dos mientras Ferrando toca, los dos están hablando sobre la melodía pero de pronto se escucha un grito, salen corriendo hacia donde esta Ángela, al lado del cuadro de la bisabuela. Cuando lo miran las rosas del jarrón han desaparecido y hay petalos de rosa en el suelo. Carlota no da crédito, en ese mismo momento se entera de que duerme en la cama de su difunta bisabuela, esta muy alterada, no puede creer lo que esta pasando, vuelve a mirar el cuadro y... ¡El collar no esta! Todo esto es muy raro, Ángela ya no le da importancia y Ferrando vuelve a casa, Carlota vuelve a pensar en el carnaval.



CAPÍTULO 10
Por la noche, en la cama de Carlota

Esa misma noche Carlota no lograba dormirse, de pronto se fijo en una caja de plata, que pensó que erra el joyero de su bisabuela. Se levanto rápidamente de la cama  abrió el joyero, no encontró nada, así que lo cerro y decidió volver a la cama, pero al cerrarlo escucho un ruido, lo volvió a abrir i palpo el terciopelo, y allí estaba un objeto cuadrado y agujerado. ¡Una cuenta del misterioso collar! La observo bien y era exactamente igual que las del cuadro, la dejo encima de la mesita e intento dormir.

CAPÍTULO 11
A la mañana siguiente

Al día siguiente Carlota volvió a preguntar a su tía sobre la misteriosa muerte de su bisabuela, hubo gente que llego a sospechar de asesinato, Carlota también llego a sospechar de su bisabuelo, pero cuando su bisabuela murió el no estaba en la ciudad, además la quería mucho. Carlota pregunto si el collar se había encontrado, pero Ángela le dijo que cuando eran pequeñas su madre y ella lo estuvieron buscando pero nunca encontraron nada, entonces Carlota aprovechó y enseño la cuenta del collar. Ángela no parecía muy soprendida, y dijo que supone que nunca encontraron nada porque su madre y ella buscaban un collar y no una cuenta. Pero luego Ángela insinuó que a lo mejor la cuenta había salido del cuadro como los petalos de las rosas, Carlota se niega a creer eso, pero si no eran fantasmas, ¿Que era?

CAPÍTULO 12
En el torreón de tía Ángela

Pese a todo lo que había ocurrido, Ángela seguí pasando mucho tiempo en el desvan donde escribía sus novelas. Carlota sube una tarde a verla, pica ala puerta y antes de que Ángela le abra la puerta se escucha como su tía ordena la sala un poco. Carlota se queda fascinada con el desvan, era mucho mas grande de lo que se esperaba. Ángela y Carlota recapitulan todo lo que tienen en por el momento sobre todo este gran misterio, y le dice que junto Ferrando, tendrán que descubrirlo.



CAPÍTULO 13
Un disfraz de carnaval

Todo el mundo en Venecia se disfraza por carnaval. Ángela vuelve de recoger su disfraz, pero le dice a Carlota que no lo podrá ver hasta el mismo día de carnaval. Ángela le dice que ella también se tiene que disfrazar, pero a Carlota le parece estúpido. Ángela vuelve del desván con un una caja roja que contenia un disfraz de la bisabuela de Carlota. Carlota lo ve y se enamora de  este hasta tal punto de querer disfrazarse por carnaval. Seguidamente Ángela va a prepararse un té.



CAPÍTULO 14
Una taza, otra cuenta de cristal

Por la tarde Carlota estaba intentando aclarar sus ideas sobre Ferrado y todo el misterio del cuadro, cuando se le antojo una taza de chocolate. Se levanto y vio por primera vez una taza dentro de una vitrina que le llamo mucho la atenció ya que aparecían las musas de los cuadros. La sacaron de la vitrina para tomar el chocolate cuando Carlota observó dentro de esta una cuenta igual que la que había encontrado en el joyero la noche anterior.



CAPÍTULO 15
En el café Florián, con Ángela y Ferrando

Carlota interpreto la cuenta encontrada en el collar como una pista, Carlota (su bisabuela) le estaba indicando donde tenia que ir. Entró en el despacho de Ángela para que le llevase al sitio donde su bisabuela tomaba chocolate, sabia que allí iba a encontrar algo.
Ferrando, Ángela y ella se dirigieron al café Florián. Al entrar todo le resultaba familiar. Ángela y Ferrando iban hablando sobre la gran historia que acumulaba el local y de tanto en tanto Ángela soltaba información sobre la bisabuela de Carlota; mencionó que había muerto un martes de carnaval en el mes de febrero. Mientras iban hablando a Carlota le pareció ver a su bisabuela en reflejada en un espejo del café, Carlota se ruborizo y salio corriendo tras ella pero no la encontró, acto seguido entro al café y siguió tomando chocolate, Ferrando y Ángela no habían visto nada, y aun seguían en sorprendidos despues de la reacción de Carlota.



CAPÍTULO 16
De vuelta a casa desde el café Florián

Acabaron sus chocolates y salieron del café. Ángela y Ferrando no paraban de hablar, y Carlota intentaba ordenar todas las ideas y todo lo ocurrido en su cabeza. De pronto un grupo de gente disfrazada rodeo a Carlota y cuando consiguió escabullirse se encontraba sola, ni Ángela ni Ferrando estaban. Como una loca buscaba a alguien para que le ayudara y encontró a un hombrecillo de unos ochenta años que dijo que la acompañaría ya que el iba en la misma dirección. Cuando ya están llegando Ferrando corre hacia ella y queda sorprendido al ver que el señor mayor que acompaña  a Carlota es su maestro de piano, el señor Arnolfi, el que resulto conocer también  a la bisabuela de Carlota. El maestro sigue su camino y deja a Carlota con Ferrando y se dirigen hacia casa estaban cada vez mas juntitos y Carlota deseaba un abrazo de Ferrando pero en ese momento un grupo de gente disfrazada les interrumpió y allí acabo todo.



CAPÍTULO 17
En la casa, esa noche

Ángela corre a abrazar a Carlota, estababa preocupada creía que se había perdido. Los dos jóvenes le contaron a Ángela lo del maestro Arnolfi. Carlota estaba cansada, ya antes de la cena subió a descansar un rato a su habitación. Subiendo las escalerasvolvió a mirar el retrato de su bisabuela, y en efecto el jarrón seguía sin rosas. Se echó en la cama y quiso poner en orden todo lo ocurrido, de pronto el disfraz de su bisabuela se le vino a la mente. Lo sacó de la caja y busco algunapista, pero nada, entonces decidió probárselo entero, y al colocarse la peluca, noto que algo le molestaba y despues de abrir la tela interior sacó cinco cuentas del famoso collar. Ángela y Ferrando la llamaban para cenar, pero ella notaba que tenia que acabar de colocarse el disfraz. Entonces mirándose en el espejo no sabia si era ella o su bisabuela, en ese momento descolgó el espejo y lo palpó por detrás. Encontró un compartimento secreto, lo abrió y sacó de este una bolsa de terciopelo, igual que la capa de su disfraz, con cinco cuentas más y pétalos de rosas. Su tía ya subía alterada para que bajase a cenar, y Carlota se lo cuenta todo.
En resumen había encontrado ya las doce cuentas del collar, solo faltaba la del centro, y el espejo estaba firmado por un tal Moretti, que resulta ser un gran artista de cristal. Actualmente se encontraba en la isla de Murano, que Carlota y Ferrando visitarían mañana mientras Ángela seguía escribiendo su libro.



CAPÍTULO 18
A la hora del desayuno

Carlota había quedado a las diez con Ferrando apara ir a isla Murano. Su tía le dice que ella había pasado muy mala noche porque no había parado de tener ideas para su novela, aprovecha la ocasion para comentarle el comportamiento tan extraño en el café Florián y Carlota le contestó que ella había visto a su bisabuela en uno de los espejos de este. Ángela se alegro ya que había dejado atrás su mente científica, pero Carlota sigue convencida de que en la isla se aclarara todo, ya que empieza a sospechar que alguien ha ido dejando pistas a propósito.
Ángela no tenía nada para desayunar, así que le ofrece a Carlota jarabe de rosas, el cual guardaba para un momento especial. Carlota no estaba muy convencida al principio, pero después le gustó bastante era como beber el olor de las rosas. Carlota le preguntó si la receta se la había enseñado el misterioso hombre que le regaló el medallón, pero no, la receta la había escrito la bisabuela de Carlota, Ángela se la quiso mostrar, lo tenia guardado en un libro de poesía romana de amor "Cátulo", pero no lograron encontrar el libro, y justamente en aquel momento sonó el timbre. Ferrando ya había llegado.


CAPÍTULO 19
Hacia la isla de Murano

Carlota se puso el chaquetón y cogió las doce cuentas del collar. Se dirigieron hacia el vaporetto, Carlota se enfado un poco con Ferrando, porque durante la media hora del trayecto, de casa de su tía al vaporetto Ferrando no dijo ni pío. Carlota lo paso realmente mal en ese artilugio, incluso vomitó,pero hizo todo lo posible para que Ferrando no se diera cuenta. Durante el viaje Ferrando le explicó que en  la isla de San Michele se encuentra el cementerio, y que el muerto llega a esa en un ataúd colocado en una góndola y los familiares van detrás en otras.
Hacía bastante frío asíque se acurrucaron entre sí, y fueron los últimos en bajar del barco.



CAPÍTULO 20
En la isla de Murano

Bajaron a tierra y preguntaron a varias personas como podían llegar a la fábrica de Murano, entre ellas encontraron a la compañera de vuelo de Carlota, la anciana húngara.
Consiguieron llegar a la fábrica de Murano, pero al ser domingo estaba cerrada. Aún así llamaron, y una viejectita salió de la ventana de arriba y les dijo que el señor Moretti estaba en su casa, y les dio la dirección de esta. Al llegar el señor Moretti les hizo pasar al despacho. Moretti estaba detrás de una mesa sentado en un sillón, parecía amable y debería tener unos cuarenta y cinco años.
Carlota y Ferrando le mostraron el collar y el señor de seguida reconoció que había estado echo por  su padre, y que por el diseño de las cuentas había sido diseñado en 1932, también al ser cuadradas había sido un diseño muy pelicular, por lo que lo más seguro era que fuera un encargo.
Moretti comprobó los archivos de su padre, allí apuntaba todas las joyas que hacía, y al mismo tiempo preguntaba información sobre Ángela, y les dijo que seguramente el libro que estaba escribeindo tenía que ver con este embrollo.
Al fin encuentra la ficha del collar, les dijo que faltaba el broche del collar, que el cierre de este era un tornillo muy fino y que lo más seguro que fuera de cobre. Entonces Carlota dedujo que había pasado: el moho cuando se oxido  se llenó de moho. Seguramente al ponérselo se pincharía con el y el veneno fue haciendo efecto durante la noche.
El collar concretamente fue un encargó del conde Arnolfi, el padre del profesor Arnolfi, el maestro de piano de Ferrando.
Todo concordaba, Carlota había muerto quince años después de que le hubieran regalado en collar por lo tanto si podría haber enmohecido.
Se despidieron del señor Arnolfi y salieron a la calle, pero no veían nada debido a la cantidad de niebla que había.



CAPÍTULO 21
Antes de salir de Murano


Salieron tarde de la charla con Moretti, perdieron el vaporetto y tenían que esperar una hora al siguiente. Decidieron dar una vuelta por la isla. Hacia frió, y Carlota tenia los pies helados pero Ferrando la cogía fuerte por el hombro. Aprovecho la ocasión Carlota le confesó que la chica con la que había tropezado  y que había echo que mojara su valiosa partitura era ella. Ferrando se sorprendió pero no hizo mucho caso, se acerco a ella le dijo que estaba muy a gusto y la besó primero suavemente y después más fuerte. Ella quedó encantada, sus besos sabían a chocolate. Pero de repente el vaporetto ya llegaba y bajo de su cuento de hadas.



CAPÍTULO 22
De vuelta a Venecia

Llegaron a casa de tía Ángela a las cuatro de la tarde, Ángela hizo una excepción y les esperó para comer.
Los dos le contaron lo del Conde Arnolfi y el misterioso collar que encargó para su bisabuela, Ángela se sorprendió bastante por lo que sugirió que Ferrando llamara al conde Arnolfi para sacar algo limpio del tema.
Ángela sospecho que algo había pasado entre la parejita pero no quiso decir nada
Regresaron a comer a las 4 de la tarde y Ángela hizo una excepción ya que ella estaba acostumbrada a comer pronto. Le contaron lo del Conde Arnolfi y Ángela se quedó realmente sorprendida, por lo que sugirió a Ferrando que llamase al profesor Arnolfi para ir a visitarlo y hablar del tema.
Ángela sospechó que entre ellos había pasado algo, no dijo nada solo dejó en el aire que Ferrando también tenía chocolate en la comisura izquierda del labio.
Ferrando y Carlota marcharon a ver al señor Arnolfi. Ferrando y ella iban cogiditos de la mano, y cuando pasaron por la famosa plaza del hombre subido en el caballo y Ferrando volvió a sacar el tema de su curioso primer encuentro. Tocaron las cinco y se apresuraron a llegar a casa del señor Arnolfi.
Al llegar un mayordomo les abrió la puerta y les ayudo a sacarse las chaquetas.
Arnolfi les recibió alegremente e hizo saber  a Carlota que el piano que tenia el era exactamente igual que el que tenía Ángela en su casa. Solo había dos pequeñas diferencias: que los angelote de la derecha tenía las alas de diferente longitud y el sonido. Arnolfi invitó a Ferrando a comprobarlo por el mismo, y en efecto, no sonaba igual.
Arnolfi les invitó a jarabe de rosas y Carlota sorprendida de que este también conociera la receta de su bisabuela mintió y dijo que nunca lo había probado. De pronto Carlota le mostró el collar de su bisabuela y el señor Arnolfi lo reconoció enseguida, era el collar de Carlota.
Los chicos le explicaron que el collar se lo regalo su padre a Carlota y que habían estado en la isla de Murano.
Arnolfi les explicó que su padre y Carlota habían estado enamorados, que el se fue a colonizar África, ella no estaba de acuerdo con eso y ambos se casaron con otras personas. El conde movió montañas para que volviesen juntos, y de ahí que compro los dos pianos iguales, y aunque  ambos tuvieron hijos con sus respectivas parejas siempre se quisieron el uno al otro. Carlota se ponía el collar en fechas señaladas como en los carnavales, y se veían todas las semanas en secreto.  Arnolfi pintó el famosos cuadro de la escalera de casa de tía Ángela cuando ella iba todas las tardes a visitarle y como su mujer no le quería le daba igual. Al terminar el cuadro le dejó de visitar.
El maestro siguió yendo a ver a Carlota y ella le enseño a tocar el piano, era una mujer admirable y no se extrañaba  de que su padre estuviera enamorado de ella.
Pero un día de carnaval, cuando Arnolfi tenía quince años, le llevo, de parte de su padre, un ramo de flores a Carlota. Ese día Carlota reaccionó diferente a las otras veces, leyó la tarjeta que mi padre había escrito (la que estaba en el ramo de flores) la dejó sobre el piano se puso la capa y la máscara y se marchó. Arnolfi leyó la tarjeta, su padre citaba  a Carlota en el café Florián, y el decidió ir a ver que pasaba. Al llegar al café vio a su padre y a Carlota discutiendo, Carlota una de las veces se tocó la nunca y se miró la mano, y mientras se secaba las lágrimas su padre saco una cajita de su bolsillo y le echó algo en el chocolate. No quiso ver más, pensó que su padre la quiso envenenar y corrió hacia su casa, pero allí estaba su madre que tampoco la soportaba y marchó a casa de Carlota pensando que necesitaría su ayuda. Al llegar Carlota estaba mareada y le pidió que le acompañara a sus aposentos. Al quitarse la peluca vio como Carlota tenía el dedo manchado de sangre y ella le dijo que se había pinchado con el broche del collar. Cuando la tocó estaba ardiendo y Arnolfi corrió a avisar a un doctor. Cuando ya le había avisado habló con Carlota pero ya no respondía, pensó que si veían el collar descubrirían la relación entre ella y su padre ,así que quitó el collar del cadáver, pero el hilo se rompió y las cuentas cayeron por toda la cama. Nervioso las coloco en el doble fondo del espejo de la habitación de Carlota y dentro del piano. Cuando llego el doctor, mintió y dijo que simplemente se encontraba mal y luego ya no respondía.
Arnolfi se sintió muy aliviado después de haber podido contar su gran secreto a Carlota y Ferrando.



CAPÍTULO 23
Preguntando algunas cosas a Arnolfi

A los jóvenes se les quedó el relato grabado en la mente.
Preguntaron sobre el broche. Cuando el padre de Arnolfi se enteró quedó destrozado, y le confesó que esa misma tarde se habían visto y que siempre llevaba una cajita de canela encima porque Carlota adoraba tomar chocolate con canela. Los dos se dirigieron al río y lanzaron el broche y la cajita de plata.
Años más tarde había intentado recuperar todas las cuentas del collar, pero le resulto difícil y al final lo dejó estar.
La gran cuenta central del collar se quedo en el estuche del violín que el había regalado a Ferrando. Seguidamente les dijo que ya se fueran que le tenían que contar muchas cosas a Ángela.



CAPÍTULO 24
En casa de Ángela, nuevas sorpresas

Al salir de casa de Arnolfi llovía y llegaron a casa de Ángela empapados, Ferrando no entró, ya se dirigió directamente a su casa, a cambiarse y a buscar la última cuenta del collar.
Al entrar Carlota vio una nota de Ángela, había salido, decía que llegaría tarde y que no la esperara levantada. Se duchó y se quedó dormida al instante.
Ángela la llamó a las nueve de la mañana, Ferrando había venido a enseñarle algo que le interesaría.
Al bajar se dio cuenta que el cuadro había recuperado las rosas. Allí lo entendió todo, en efecto había sido cosa de Ángela. Bajaron y dejo que Ferrando contara todo lo que había pasado el día anterior.
Ángela confesó que ella había sido la que cambió los cuadros, y que había dos, el que pintó el conde Arnolfi que es el que contiene el colar, las rosas y los angelotes más largos, y el que pintó el bisabuelo, que le falta el collar, las rosas y tiene los angelotes más cortos. Ángela lo hizo para poder escribir su novela, creo una historia alrededor del misterio del cuadro y en como Carlota y Ferrando iban resolviendo el caso. Lógicamente, Ángela y la madre de Carlota ya habían encontrados las cuentas hacía mucho gracias a su gato que se metió en el piano, y que ella misma las había escondido en otros sitios para que todo fuera un juego de pistas.
El profesor Arnolfi devolví el libro de poesía romana "Cátulo".
Por último Carlota e dijo a Ferrando que llevase el collar a Moretti para que el martes, día de carnaval , estuviese arreglado.


CAPÍTULO 25
Martes de carnaval

Ferrando paso todo el día en la isla de Murano. Ángela estuvo en el estudio terminando su libro y Carlota aprovechó para ordenar sus ideas.
Todos se disfrazaron y Ferrando y Carlota quedaron con tía Ángela en el café a las seis. Allí estuvieron los tres juntos hasta que vino Moretti, entonces Carlota y Ferrando se fueron a disfrutar del día de carnaval y de el último día de Carlota en Venecia.



CAPÍTULO 26
De vuelta a casa

Carlota y Ferrando se despidieron por la noche, ella no quería tener una despedida de esas tan tristes en el aeropuerto. Solo le acompañó Ángel al aeropuerto, y le dio su primera novela, en la que estaban relatados todas las aventuras de estos días.
Ángela le preguntó si llevaba el collar, y le dijo que si, pero en realidad lo había escondido en la casa.



Opinión:
Los acontecimientos de esta novela me han resultado muy predecibles, todo seguía un esquema:
La típica chica normal de instituto, que no es fea y que no cree en misterios, y de pronto en la historia aparece un chico precioso, se enamoran, ocurre un echo que le hace cuestionar toda base científica, lo resuelve con su amado y al final lógicamente solo era una farsa.
Des del principio se podía saber que iba a pasar, por lo tanto tiene una trama bastante aburrida.
Lo mejor de este libro son las descripciones que hace de lugares y personajes, son realmente al detalle, durante la lectura te sientes en todo momento dentro del libro.